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2.5 millones de toneladas de alimento se desperdician cada año, revela WWF

  • Foto del escritor: Leonardo Antonio Islas Olavarrieta
    Leonardo Antonio Islas Olavarrieta
  • 14 ago 2021
  • 3 Min. de lectura

De acuerdo con el Programa Mundial de Alimentos de las Naciones Unidas, más de 900 millones de personas en el mundo no tienen suficiente alimento para comer. Con una cantidad tan grande de personas solo podría pensarse en una solución: necesitamos más comida para alimentarlos.

Sin embargo, esta suposición es errónea, según un nuevo informe de el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF). Titulado “Driven to Waste”, afirma que el mundo tiene mucha comida para todos, simplemente desperdicia una buena parte de ella.

WWF estima que en todo el mundo se desperdician 2,500 millones de toneladas de alimentos al año, lo que equivale al peso de 10 millones de ballenas azules. Esta cantidad es 1,200 millones de toneladas más de lo estimado anteriormente y aproximadamente el 40% de toda la comida cultivada por agricultores.

Del total de alimentos que no se consumen, 1,200 millones de toneladas se pierden en las granjas y 931 millones de toneladas se desperdician en la venta al menudeo, en mercados y en los hogares de los consumidores. El resto se pierde durante el período posterior al cultivo, es decir, durante el transporte, almacenamiento, fabricación y procesamiento de los alimentos.

Aunque las cifras son inquietantes, WWF sugiere que el desperdicio de alimentos debe considerarse no solo en relación con el hambre mundial, sino también en el contexto del cambio climático. El informe declara que el desperdicio de alimentos representa el 10% de todas las emisiones de gases de efecto invernadero a nivel mundial.

Explicaron que el desperdicio de alimentos en las granjas genera 2.2 gigatoneladas de dióxido de carbono, lo que constituye el 4% de todas las emisiones de gases de efecto invernadero de la actividad humana y el 16% de todas las emisiones de gases de efecto invernadero de la agricultura, equivalente al emisiones del 75% de todos los automóviles conducidos en los Estados Unidos y Europa en el transcurso de un año.

“Sabemos desde hace años que la pérdida y el desperdicio de alimentos es un gran problema que se puede minimizar, lo que a su vez podría reducir el impacto de los sistemas alimentarios en la naturaleza y el clima. Este informe nos muestra que el problema es probablemente más grande de lo que pensábamos”, dijo el líder de la Iniciativa Mundial de Pérdida y Desperdicio de Alimentos de WWF, Pete Pearson, en un comunicado.

El problema del desperdicio de alimentos exige una acción global, según Pearson y sus compañeros, quienes abogan por intervenciones que tengan en cuenta los “factores socioeconómicos y de mercado que dan forma al sistema agrícola”.

Acortar las largas cadenas de suministro de alimentos, por ejemplo, podría dar a los agricultores una mayor visibilidad de su mercado final, lo que podría ayudarlos a estimar las necesidades de producción de alimentos con mayor precisión. Asimismo, dar a los agricultores más capacidad para negociar con los compradores podría ayudarlos a mejorar sus ingresos con el fin de invertir en capacitación y tecnologías para la reducción de desechos.

Las políticas gubernamentales que incentivan la reducción del desperdicio de alimentos también pueden ser útiles, al igual que la presión pública, según WWF, que dice que los consumidores pueden convertirse en “ciudadanos alimentarios activos” cuya defensa de bolsillo puede “impulsar cambios que ayuden a los agricultores a reducir la pérdida y el desperdicio de alimentos”.

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