Mexicanos destacan en concurso internacional con proyectos ecológicos
- Leonardo Antonio Islas Olavarrieta

- 20 oct 2019
- 3 Min. de lectura
El premio James Dyson es un concurso internacional que inspira e impulsa a los jóvenes ingenieros de todo el mundo a realizar proyectos innovadores, siempre y cuando resuelvan un problema real.
Es coordinado a través de la Fundación James Dyson y la convocatoria incluye 31 países, entre otros, países como Reino Unido, Alemania, Estados Unidos, Singapur, Corea, Suiza, Australia y México. Se trata de una gran oportunidad para los jóvenes inventores de generar presencia mediática y en la industria, así como de obtener una recompensa económica para desarrollar su proyecto.
Este año, México tuvo presencia con 18 innovadoras propuestas que van desde el ahorro del agua, hasta el uso de materiales reciclados para la construcción de casas. De ellas, se eligieron tres ganadores tomando en cuenta su viabilidad, originalidad y aplicación.
Estos son los ganadores del Premio James Dyson 2019 de México:

Se trata de un pavimento hecho a base de llantas que se regenera al absorber el agua. El proyecto está inspirado en darle solución al daño que produce la lluvia en el pavimento; así, cuando el agua hace contacto con el pavimento, se crea una reacción química y se da auto-mantenimiento. Si bien, existen pavimentos regenerativos, ninguno funciona a base de agua. Fue creado por Israel Antonio Briseño de la Universidad Autónoma de Coahuila.
Briseño explica que el proyecto “nace de la pregunta, de porqué cada vez que llueve se generan los baches. Lo que pasa es que cuando llueve, las filtraciones de agua llegan a la sub-base debilitándose, creando una falla y cuando pasa un auto, colapsa. Así es como quise convertir al mayor agente de degradación en un agente de recuperación, ya con el proyecto el agua sería un mantenimiento para nuestras vialidades”.

Es un sistema de higiene automático que tiene el propósito de reducir, reutilizar y reciclar el agua que se usa cuando nos lavamos las manos. HA-WA se activa por medio de sensores que permiten el flujo de agua por un determinado tiempo, evitando el desperdicio; sin embargo, el agua se almacena para ser usada en otras cosas. Fue creado por Gustavo Montiel, Emanuel Sánchez, Gerardo Peralta, Martín Ocampo, Jorge Ruiz y Roberto Millán, de la Universidad Tecnológica Emiliano Zapata.
Para su uso, la persona que quiere lavarse las manos debe insertarlas en un orificio donde unos sensores infrarrojos las detectan e inician el ciclo. Se distribuye agua para humedecer las manos, luego se distribuye el jabón y un sistema de rodillos lava las manos y nuevamente se libera agua para limpiar el jabón. Si las manos se retiran, se suspende el proceso. El agua que se utiliza en este, además se puede reutilizar para uso doméstico o para el WC.

En un segundo paso, los estudiantes quieren desarrollar un prototipo realmente funcional con mayor ahorro de energía, tratar de implementar el sistema en su universidad y participar en una incubadora que tiene esta institución.

Se trata de un aparato ortopédico de bajo costo elaborado con cartón reciclado. El objetivo es que sea accesible a prácticamente toda la población, ligero, reciclable y fácil de transportar. El diseño de las muletas está pensado para brindar mayor ligereza, ajuste personalizado y pueden transformarse en un bastón para caminar; además, son económicas. Fue creado por Rafael Riego.
Riego cuenta que una vez que sufrió un accidente y estaba en el hospital se dio cuenta que había muchas personas que no podían acceder a estos aparatos.
La muleta pesa menos que una muleta convencional y es capaz de soportar un peso de hasta 150 kg, además es capaz de compactarse hasta quedar como un bastón.
El emprendedor tiene varios proyectos de papel que van desde arte hasta objetos como lentes y billeteras elaborados todos en papel bajo el nombre de Paper Alliance.
Vía James Dyson Award y Expansión




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