Historia de la lotería mexicana
- Leonardo Antonio Islas Olavarrieta

- 9 may 2020
- 3 Min. de lectura
La lotería es todo un clásico. Ya sea de a peso, con frijolitos o piedritas, es sin duda uno de los juegos preferidos de las familias mexicanas, y también uno de los más conocidos de nuestro país.

¿Cómo se origino este popular juego de azar?
Este tipo de juegos ha estado presente en diferentes culturas alrededor del mundo desde hace miles de años. Por ejemplo, se tiene registro de que en China, los juegos de azar se disfrutan desde hace más de dos mil años.

Otros juegos similares surgieron durante la época del Imperio Romano y expandieron su popularidad en varias regiones de Europa. De hecho, en Países Bajos se encuentra el antecedente más antiguo de las loterías nacionales, pues en el siglo XV eran una forma popular de hacer recaudaciones.

La lotería también se jugaba con tintes políticos. En Italia, también en el siglo XV, se jugaba para adivinar quiénes serían elegidos como miembros del Gran Consejo durante procesos electorales.

Al ser uno de los pasatiempos preferidos por la aristocracia italiana, terminó por extenderse por todo Europa, llegando a España, donde finalmente arribó a México a finales del siglo XVIII.
Al principio, las loterías jugadas en nuestro país eran parecidas a los tableros italianos, con números como si se tratara de una tarjeta de Bingo. También se utilizaban las bajaras españolas e italianas para darle un elemento más visual a la partida. Estas loterías llamaron la atención, y para la segunda mitad del siglo XIX comenzaron a producirse juegos con temáticas y dibujos de todo tipo.

La lotería no duro mucho tiempo siendo exclusiva de las clases altas, y pronto llegó a las ferias ambulantes, donde se realizaban apuestas. Para que el juego fuera más llamativo, se comenzaron a fabricar copias de las loterías existentes con dibujos muy peculiares. Con las coplas que recitaban, como ‘El que le cantó a san Pedro no le volverá a cantar: El Gallo!‘, los participantes no perdían detalle, se divertían y también llamaba la atención de los curiosos que se acercaban a observar.
Al principio, todas las cartas eran hechas a mano, y cada persona le daba un toque único a su baraja. ¿Cómo pasamos a las 54 cartas que conocemos ahora?

La estandarización y producción masiva de la lotería mexicana se la debemos a un empresario francés cuyo nombre es más que conocido por los mexicanos: Clemente Jacques.
El francés comenzó a hacer carrera en México comercializando diversos productos, como corchos para botellas y confeti. Abrió su primera planta empacadora de alimentos en Campeche en 1887 y tuvo un éxito inmediato. Don Clemente sabía que tener su propia imprenta sería de gran utilidad para el etiquetado de sus productos, por lo que fundó una y comenzó a producir no solo etiquetas, sino que también invitaciones para fiestas, naipes y billetes de lotería.
La imprenta de Clemente Jacques fue la primera en poner en circulación masiva el juego de lotería. La popularizó al regalarla junto con cajas de alimentos enlatados que estaban destinadas al ejército mexicano. Los soldados la jugaban y la llevaban con sus familias, popularizando este pasatiempo.

Este fue el inicio de la adopción de la lotería de Clemente Jacques. Hoy en día, Pasatiempos Gallo sigue en operación y se dedica a la comercialización de barajas y otro juegos de mesa.
Datos curiosos
La lotería mexicana se compone de 54 cartas. Cada carta se identifica por un número y una figura. La relación entre el número y la figura siempre es la misma.
El número uno de la lotería es el gallo y representa el escudo heráldico de la familia de Don Clemente. El mismo gallo es parte de la imagen corporativa de Clemente Jacques.
El número 8 de la lotería es la botella y siempre ha anunciado productos de Clemente Jacques. La figura más usada es la salsa de tomate.
Existe una continuación del mismo Clemente Jacques a las cartas de la lotería tradicionales. En este segundo juego se incluyen 54 nuevas cartas, numeradas de la 55 a la 108, y representan imágenes con la misma carga simbólica que las conocidas por todos. En esta serie se encuentran cartas como el pintor (55), el jarabe tapatío (60), el tlachiquero (61), la piñata (68), el sarape (74), el guajolote (80), el elote (102) y los boxeadores (104).
Vía Matador Network




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