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Científicos descubren por qué los mayas abandonaron la gran ciudad de Tikal

  • Foto del escritor: Leonardo Antonio Islas Olavarrieta
    Leonardo Antonio Islas Olavarrieta
  • 5 ago 2020
  • 2 Min. de lectura

Hace más de 1,000 años, la antigua ciudad maya de Tikal era uno de los centros urbanos y comerciales más importantes de la América antigua. Sin embargo, a finales del siglo IX d.C., Tikal y otras ciudades maya fueron abandonadas sin que investigadores, arqueólogos e historiadores pudieran explicar el por qué, hasta ahora.

Un equipo dirigido por científicos de la Universidad de Cincinnati analizó los sedimentos de los embalses dentro de la antigua ciudad y encontró evidencia de contaminantes tóxicos que habrían hecho que el agua potable de Tikal fuera peligrosa de beber.

Para una ciudad en expansión, propensa a sequías severas y aislada de lagos y ríos, los recolectores de agua de lluvia contaminador podrían haber significado el final para los miles de habitantes de Tikal, cuya población se estima que rondaba entre los 100,000 habitantes.

Para explorar cómo funcionaban los sistemas de reserva de agua de Tikal, los investigadores tomaron muestras de sedimentos recolectados de los 10 reservorios del lugar, según explican en el estudio publicado en Scientific Reports.

El análisis del ADN aún contenido en la tierra reveló rastros de dos tipos diferentes de cianobacterias (algas azulverdes) en los depósitos.

La evidencia sugiere que estos organismos, Planktothrix y Microcystis, estaban presentes en los reservorios de agua durante siglos, pero que probablemente se volvieron un problema en las floraciones de algas azulverdes durante los períodos de sequía severa.

“El agua habría tenido un aspecto y sabor desagradable”, dijo Kenneth Tankersley, uno de los miembros del equipo de investigadores.

Las bacterias en el agua no fueron la única fuente de toxicidad. El análisis también reveló altos niveles de mercurio en los sedimentos. Después de varios estudios, los investigadores se dieron cuenta de que probablemente este elemento fue introducido por los mismos mayas.

“El color era importante para los mayas. Lo usaron en sus murales, pintaron el yeso de rojo. Lo usaron en entierros y lo combinaron con óxido de hierro para obtener diferentes tonos”, dijo Tankersley.

Desafortunadamente para los mayas, uno de los ingredientes que usaron en sus pinturas fue el color rojo cinabrio, que es una forma de sulfuro de mercurio y tóxico para los humanos que entren en contacto con él.

Es probable que los mayas conocieran el peligro de la toxicidad de este color, pero es probable que no se hayan dado cuenta que, con el tiempo, el agua de lluvia arrastró rastros del pigmento de las superficies pintadas en los depósitos de la ciudad, envenenando incluso a la élite que vivía cerca del palacio de Tikal.

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“Las aguas contaminadas habrían tenido un impacto negativo en la salud de la comunidad, especialmente en la élite de gobernantes, y podrían haber comprometido su capacidad para liderar de manera efectiva”, explicaron los autores.

«Estos eventos que se unieron deben haber resultado en una población desmoralizada que, frente a la disminución del suministro de agua y alimentos, estaba más dispuesta a abandonar sus hogares», detallaron.

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